martes, 5 de noviembre de 2013

¿PADRES O ENTRENADORES?

Tras las exposiciones vistas ayer en clase sobre "Mal de escuela", me ha parecido interesante hacer una reflexión acerca del tema tratado por un compañera, quien hizo alusión al fragmento del libro que habla de la preocupación o dejadez de las madres por sus hijos, pero centrándome en el ámbito deportivo. 

En todos los deportes, equipos o grupos, encontramos padres y madres mas o menos implicados en las tareas que sus hijos realizan. Pero en ocasiones (no muy raras) ese grado de implicación sobrepasa los límites de lo normal, pasando a ser una carga para los jóvenes deportistas, quiénes se ven presionados durante el entrenamiento o el partido (e incluso en sus casas, escuchando críticas sobre lo que han hecho o han dejado de hacer y como deberían o no hacerlo). 

En esta ocasión solo voy centrarme en la "sobreimplicación" de los padres o madres y no en la dejadez, aunque el segundo también es de gran importancia (cuanto más respaldado se siente el niño, más motivación tiene para continuar haciendo ese deporte y crecer como atleta). Pero los malos hábitos de los padres ejercen mucha influencia en los hijos, ya que son su ejemplo a seguir. Demasiada implicación puede considerarse un mal hábito. 

Bajo mi punto de vista, tener el apoyo y la opinión de tus padres, y familiares en general, respecto a todo es de gran importancia, pero hasta cierto punto. Ésto empieza a ser un problema cuando los padres comienzan a asumir el papel de entrenador, pudiendo desmotivar a sus hijos o incluso perjudicarles por la intromisión entre ellos y el entrenador. 
Generalmente, este grado de implicación suele derivarse de la falta de realismo por parte de los "falsos entrenadores", ya que ven, de un niño que quiere divertirse, un futuro Cristiano Ronaldo, por ejemplo.  En muchas ocasiones, los jóvenes que tienen este tipo de padres tienden a hacerlo peor cuando éstos les están mirando, poniéndose nerviosos por la presión que les meten, lo cual conlleva a un retraso en la mejora del deportista, pudiendo incluso estancarse. 

En conclusión, los padres y madres siempre deben prestar su ayuda pero nunca sobrepasar los límites ya que ésto resulta perjudicial tanto para un deportista como para sus compañeros (en caso de ser un deporte de equipo). Los padres nunca deben ejercer de entrenadores, para eso ya están los especialistas contratados para ello.
Aquí tenemos un vídeo sobre el comportamiento de éstos en cualquier deporte para dar ejemplo a su hijo y no presionarle:   http://www.youtube.com/watch?v=I3h-PrGRi1E

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